Porque tú escribes. Es decir, tú dices ; amargas contra mí Una sentencia terrible, o los castigos más duros. Es una metáfora tomada de la costumbre de los príncipes o jueces, que antiguamente solían escribir sus sentencias o decretos sobre personas o causas que se les presentaban. Y me haces poseer las iniquidades de mi juventud. Ahora, de una vez, traes sobre mí el castigo de todos mis pecados, sin excepción de los de mi juventud, que fueron cometidos antes de que yo supiera bien lo que hice.

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