Dios no permita que yo te justifique en tu opinión acerca de mí y me censure; hasta que muera , etc. No esperes nunca ceder a tu juicio, que sé que es falso; no, aborrezco la idea de él, y antes moriré antes que confesar la culpa que me imputas. Me aferro a mi justicia. Nunca me arrancarás eso, pero mantendré resueltamente mi rectitud, y ninguna razón me persuadirá de abandonar su defensa. Mi corazón no me reprochará , etc. Con traicionar mi propia causa e inocencia; mi conciencia no me acusa hasta ahora, y no me reprochará en lo sucesivo.

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