Los llevaron al campamento. Si el voto que habían hecho admitía que perdonaban a las vírgenes, ¿por qué no podían ellos también, de acuerdo con ese juramento, haber perdonado a las otras mujeres, niños y personas inocentes, y solo castigar a los culpables? Pero es evidente "que la conveniencia, más que la justicia o la piedad, las indujo a perdonar a las vírgenes, para que pudieran librarse de las dificultades en las que las había involucrado su temerario juramento". Scott.

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