Jesús entró y pasó por Jericó , es decir, después de realizar el milagro registrado al final del capítulo anterior. Iba ahora de camino del otro lado del Jordán a Betania, cerca de Jerusalén, adonde se apresuró a ir, con miras a estar allí ocho o diez días antes de la Pascua, con la intención de predicar y obrar milagros de la manera más pública, bajo la dirección de el ojo de todo el pueblo y de los grandes, de cuyo resentimiento ya no temía, porque su ministerio había continuado en el tiempo señalado, y estaba decidido a morir en esta Pascua. Había un hombre llamado Zaqueo, jefe entre los publicanos, uno de los principales recaudadores de impuestos, o recaudador de cabezas, o tal vez lo que llamaríamos el comisario de aduanas. Y el era rico Habiendo acumulado abundancia de riquezas con su empleo remunerado.

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