Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿Qué injusticia o crueldad? ¿En qué te he cansado? ¿Qué gravosas y gravosas imposiciones te he impuesto? O, ¿qué he hecho, dicho o ordenado para que te canses de mí? Las palabras aluden a las formas de los tribunales de justicia, en los que las acciones se juzgan entre hombre y hombre. Dios permite que su pueblo ofrezca cualquier súplica que pueda en su propio beneficio.

Porque te saqué de Egipto , etc. Aquí, por otro lado, Dios les recuerda los grandes favores que les había otorgado al librarlos de la esclavitud egipcia, mediante la conducta de Moisés y Aarón, y de Miriam su hermana, a quien se menciona aquí como habiendo sido dotada del espíritu de profecía, y levantada para ser asistente de sus hermanos y ejemplo y consejera de las mujeres.

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