Y los deleitó en tu gran bondad, en todos esos consuelos y bendiciones que, por tu gran bondad, obtuvieron y disfrutaron. Sin embargo, echaron tu ley a la espalda. Descuidaron y despreciaron tus leyes, no las respetaron ni las observaron; mientras que deberían haberlos tenido continuamente ante sus ojos, para dirigirlos y gobernarlos en todos sus caminos. Las cosas buenas que disfrutaban en la tierra que Dios les había dado, los volvían libertinos y olvidadizos de Dios y sus mandamientos. Y mataste a tus profetas, de los cuales ven el margen.

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