Nosotros mismos iremos O todos, o todos los que se consideren necesarios, dejando sólo los que sean necesarios para mantener y defender a nuestras esposas e hijos. Debido a los habitantes de la tierra, los moabitas y edomitas, u otras personas vecinas, junto con los amorreos que se habían salvado por la huida, y estarían atentos a todas las oportunidades de tratar de restablecerse en sus posesiones perdidas. En consecuencia, encontramos que cuarenta mil de los rubenitas y gaditas pasaron con sus hermanos, armados para la guerra, a las llanuras de Jericó, Deuteronomio 3:18 ; Josué 4:12 .

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