Habiéndose establecido así los campamentos y las divisiones de sacerdotes, levitas y personas, ahora era el momento en que se aplicaría la ley sobre la exclusión de los leprosos e inmundos de los campamentos; Dios habiendo designado, por sabias razones, que todas las personas bajo tales impurezas legales deberían, en proporción al grado de ellas, ser excluidas de la comunidad donde él mismo habitaba por los símbolos de su divina presencia hasta que fueran limpiadas de nuevo. Esto los israelitas comenzaron ahora a poner en ejecución por orden expresa de Dios a Moisés.

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