El impío hace una obra engañosa, una obra que engañará su expectativa del bien por el que trabaja. Mas al que siembra justicia, que obra justicia con constancia, diligencia y esperanza de recompensa, semejante al trabajo y la esperanza de los que siembran en la época de la siembra; será una recompensa segura Porque el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna; así que el que sigue el mal, que vive en pecado conocido, que siembra para la carne; lo persigue hasta su propia muerte. La carne segará corrupción.

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