Ahora pues , escucha , etc. Al ver que te tengo un verdadero amor, y al ver que estoy tan familiarizado con la mente de mi Padre, y tan excelentemente calificado para ser tu Consejero y Gobernante; Escuche la instrucción y sea sabio. Oiga, le ruego, y ceda a la voz de su propia razón y de la santa palabra de Dios; y no rechacéis el hebreo, ואל תפרעו, et non abstrahite vos, y no os apartéis; sed tan sabios y considerados como para no declinar escucharlo, recibirlo y obedecerlo; no lo rechace ni lo menosprecie de ninguna manera. Más bien, invítelos a recibir tales instrucciones, brindándoles entretenimiento agradecido y yendo allí donde pueda encontrarse con ellos. Porque bienaventurado el hombre que me escuchaQuien no solo escucha obedientemente cuando se le dice su deber, sino que se ocupa de estar debidamente informado; vigilando a diario a mis puertas sin descuidar ninguna oportunidad, pero atendiendo constante y diligentemente allí donde se le pueda enseñar cómo debe vivir; esperando en los postes de mis puertas Como sirvientes y clientes, y otros esperan en las puertas de los príncipes o personas eminentes por lugar, poder o sabiduría, para que se les permita hablar o conversar con ellos.

El que me encuentra a mí, halla la vida. La sabiduría que aquí se pretende, cuando se alcanza, es la vida, la salvación y la felicidad de los hombres. Cristo, Sabiduría y Palabra de Dios encarnado, a quien todos estos atributos concuerdan perfectamente, lo es de manera peculiar. Pero debe ser encontrado; es decir, conocido, creído, amado y obedecido; debe ser revelado a nosotros y en nosotros.

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