Ahora, pues, hijos, oídme, porque bienaventurados [los que] guardan mis caminos.

Ver. 32. Ahora pues, escúchame. ] Audite senem iuvenes, dijo Augusto a sus soldados sediciosos, y tuvo audiencia: y la sabiduría, que es tan antigua, como antes de la creación, no será tan eminente, como para hacer y conservar un mundo, tan misericordioso con el Padre, no ella debe ser escuchada?

Porque bienaventurados son. ] Y la bienaventuranza es la marca a la que todo hombre dispara.

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