Regocijándose en la parte habitable de su tierra; y mis delicias [estaban] con los hijos de los hombres.

Ver. 31. Regocijo en la parte habitable. ] Es decir, en la naturaleza humana, donde la plenitud de la Deidad moraba corporalmente, por medio de la unión hipostática. O, en los santos, en cuyos corazones el Señor Cristo habita por fe. O en la obra de la creación, que Cristo hizo sin herramientas ni herramientas.

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