Hizo que el corazón de ellos odiara a su pueblo, no poniendo odio a su pueblo en el corazón de ellos, que no habría sido coherente ni con la santidad de su naturaleza ni con la verdad de su palabra; y lo cual era completamente innecesario, porque ellos, como el resto de la humanidad, eran corruptos por naturaleza, y tenían las semillas de eso, y todos los demás males, en sus corazones; sino retirando las influencias de ese Espíritu Santo, al cual habían contristado durante mucho tiempo y a quien habían ofendido, y dejándolos a sus propios errores, pasiones e inclinaciones corruptas, que, por su propia voluntad, iban a seguir ese curso. 

A través de esto, su depravación y maldad innatas, fue que la bondad de Dios para con su pueblo, al aumentar su número y prosperar sus asuntos, exasperó a los egipcios cada vez más contra ellos; y aunque su antigua antipatía hacia los hebreos (de la cual leemos Génesis 43:32 ; Génesis 46:34) se había quedado dormida por un tiempo, ahora revivió y estalló con más violencia que nunca. Antes los odiaban porque los despreciaban, ahora porque los temían. Ellos tratan de manera sutil con ellosUsaron consejos astutos y pusieron a trabajar su ingenio para encontrar formas y medios de debilitarlos y desperdiciarlos, y prevenir su aumento. Pesaron sus cargas y amargaron su vida; y mataron a sus hijos varones tan pronto como nacieron, y tomaron todos los métodos que se les ocurrieron por completo para destruirlos.

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