Volvió su corazón a odiar a su pueblo, a tratar sutilmente a sus siervos.

Ver. 25. Volvió su corazón al odio ] Los corazones de los hombres están en las manos de Dios, y él forma y modela sus opiniones y afectos hacia los demás a su gusto, pero sin pecado.

Tratar con sutileza a sus sirvientes ] Buscando imbuir y enervar sus espíritus por viles trabajos que se les imponen. Así que después se enfrentó al tirano persa con Hormisaus y al Gran Turco con los cristianos.

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