Mis enemigos son hebreos vivaces , vivos; es decir, floreciente, floreciente y próspero. Los que devuelven mal por bien, que me odian y me persiguen, no sólo sin agravio o provocación de mi parte, sino, por así decirlo, en compensación del bien que les he hecho. Porque sigo lo que es bueno. Porque amo y practico con diligencia la justicia y la piedad, que ellos odian, y que ejercí, como tuve oportunidad, en el castigo de quienes son.

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