Jezabel envió un mensajero a Elías. Este ciertamente fue el efecto de la ira ciega de Jezabel, y no de ninguna prudencia en ella; porque la prudencia le habría aconsejado que ocultara su resentimiento hasta que estuviera dispuesta a poner en práctica sus designios; mientras que este enviarle un mensaje era advertirle de su peligro y advertirle que lo evitara; pero como él había tenido la confianza para viniera donde ella estaba, tal vez pensara que él era tan valiente como ella estaba furioso; que ante este aviso desdeñaría volar; y ella también, en su orgullo, podría desdeñar matarlo en secreto, resolviendo hacerle un sacrificio completo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad