Y cuando vio eso, se levantó, etc. — Es muy dudoso que enebro sea ​​la traducción correcta de la palabra original רתם rothem. Parkhurst dice que significa la escoba o abedul, llamado así por su tenacidad o dureza, que era tan grande que sus ramitas servían de cuerdas. Ver a Plin. Nat. Hist. lib. 24: gorra. 9. Los árabes, y de ellos los españoles, aún conservan el nombre de retama, por el abedul. Ver Job 30:4 y Scheuchzer. Hay que reconocer que hay algo que no concuerda con las otras partes de su carácter en esta conducta de Elías: la verdad es,era un hombre sujeto a pasiones similares a las nuestras; y, probablemente, fue con miras a esta parte de su comportamiento que el apóstol hizo esa reflexión. Elías conocía a Jezabel, que ella tenía todas las fallas relacionadas con su sexo en un grado superlativo; que ella era feroz, cruel, vengativa e implacable; que al matar a los sacerdotes de Baal había incurrido en su disgusto y que, para vengarse, tenía todo el poder del reino bajo su mando.

Estas nociones causaron tal impresión en su espíritu, que lo privaron de esa resolución varonil que de otro modo sería tan notable: tampoco faltó un sabio designio de la Providencia al permitir que esta timidez cayera sobre su siervo. Era para mostrarle su natural imbecilidad, y la necesidad que tenía en todo momento de la asistencia divina, lo único que podía fortalecerlo con un espíritu de intrepidez. Era para suprimir todos los pequeños sentimientos de orgullo y arrogancia que posiblemente pudieran surgir en su pecho al contemplar los dones y las gracias que se le concedieron, y los muchos grandes milagros realizados por sus manos; para que, si se gloriaba, pudiera gloriarse en el Señor y no atreverse a tomar parte de su honor para sí mismo. Ver 2 Corintios 12:7 y Calmet.

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