Lo afligió, pero no lo fortaleció. Sin embargo, en Éxodo 16:9 se dice que lo ayudó. Entonces, ¿cómo se puede decir que lo ha angustiado? Muy bien; porque cuando vino en su ayuda contra el rey de Siria, así tomó Damasco, llevó cautivo al pueblo y libró a Acaz del poder de los sirios; pero esto hizo poco bien a Acaz; porque le ayudó a no recuperar las ciudades que los filisteos le habían quitado.

No le envió fuerzas ni le permitió reclutar las suyas. Al contrario, más bien lo debilitó agotando sus tesoros y destruyendo Samaria, lo que abrió un camino para la invasión de su país con más facilidad, como sucedió en el siguiente reinado. Porque no es raro, incluso en épocas posteriores, oír hablar de reinos que han pedido la ayuda de algún príncipe extranjero contra sus enemigos, siendo invadidos y conquistados por aquellos que acudieron en su ayuda.

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