¡Ay de los que están tranquilos! Houbigant dice muy bien: ¡Ay de los que desprecian a Sion! porque había una rivalidad perpetua entre Sión y Samaria; y está claro de toda la serie, no solo de este versículo, sino de todo el capítulo, que el profeta se dirige a los hombres de Israel, y no a los de Judá.

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