De cada árbol, etc.Rico en su generosidad y gratuito en sus donaciones, el generoso Creador de todas las cosas aquí otorga una subvención grande y extensa a su criatura, permitiendo el uso gratuito de todas las diversas excelencias con las que había amueblado este jardín. En este caso sin duda era razonable que constituyese alguna prueba de la gratitud y obediencia de su criatura; para que así pudiera derivar de él, como criatura libre y racional, un servicio libre y racional. Si no hubiera existido restricción alguna sobre el hombre en este feliz estado; si sólo se hubiera puesto el bien ante él, y se hubiera eliminado toda posibilidad de mal, su fidelidad y lealtad nunca podrían haber sido probadas; tampoco podría haber sido capaz de obtener virtudes o recompensas, por no tener en su poder la elección. Porque toda virtud y toda recompensa implican elección; y para elegir, debe haber libertad.

En consecuencia, siendo el hombre creado un agente libre, el Todopoderoso propuso probar su obediencia, y constituyó cierto árbol la prueba del mismo, ordenándole, bajo pena de muerte, no comer de ese árbol. Independientemente de lo que los escépticos e infieles hayan insistido sobre este asunto, la razón sin prejuicios ciertamente permitirá que ésta fue una prueba tan apropiada de la obediencia del hombre como cualquier otra. Porque la verdad del caso es que, en sí mismo, era inmaterial lo que debería constituir la prueba. Dios, como Señor Soberano, iba a nombrar alguna prueba; y, por lo tanto, todo lo que debería nombrar, apropiado para probar al hombre, debe haber sido correcto; y al nombrar este árbol del conocimiento estamos obligados a concluir que ninguna prueba podría haber sido más adecuada; especialmente porque el hombre al principio no podía transgredir en ninguno de los deberes sociales o relativos.

Ciertamente morirás - Con una muerte triple. 1. Espiritual, por la culpa y el poder del pecado: en ese instante estarás muerto en delitos y pecados. 2. Temporal o muerte del cuerpo; que entonces comenzará en ti, por caries, enfermedades, terrores, peligros y otros precursores de la muerte. 3. Eterno; que sucederá inmediatamente a la otra.

Dios había provisto plenamente la felicidad del hombre; y la moderación tan trivial, fue un nuevo ejemplo de su bondad. ¿Por qué menos se podría haber ideado? ¡Qué graciosos todos sus tratos y designios! ¡Y qué agravante para la culpabilidad del hombre si, después de todo, resultara falso y desleal, y transgredir irónicamente un pacto tan fácil en sus términos, tan glorioso en sus promesas, tan terrible en sus amenazas!

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