Dios me ha hecho reír: Sara, aludiendo a la risa de ella y de su esposo, de donde su hijo tenía su nombre, observa que Dios ahora los había hecho reír de verdad, o de tal manera que no solo expresaba su propia alegría. , pero ocasionaría a todos sus amigos, a todos los que lo oyeran, regocijarse con ella y felicitarla por su felicidad.

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