Y Labán dijo: & c.— Durante el mes que pasó Jacob con Labán, mostró tanta laboriosidad y diligencia que Labán deseaba retener sus servicios; por lo tanto, solicita saber qué salario o gratificación esperaría. Y Jacob, que admiraba a su hija menor, Raquel, le ofreció, como dote, sus servicios durante siete años. Jacob tenía ahora setenta y siete años (según Lightfoot). En muchos países era habitual que los maridos compraran a sus mujeres y dieran una dote a los padres: Herodoto, según cita Calmet, menciona una peculiar costumbre de este tipo entre los babilonios. Ver lib. ic 196.

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