Dios se acordó de Raquel, etc.— Raquel, que se volvió más sabia por la reprensión de su marido, Génesis 30:2 aplicó a Aquel que es el Dador de hijos; y él escuchó su oración y concedió su petición; La demora más, probablemente, por su impaciencia: porque las bendiciones son a menudo retenidas, para enseñarnos la resignación. Raquel llamó a su hijo José, que significa agregar; y dijo: El Señor me agregará otro hijo: que debe entenderse como profético, o podemos traducirlo, como lo han hecho la LXX y otras versiones, en el optativo, ¡ que el Señor agregue otro hijo!

Si Raquel hubiera ejercido la paciencia de Rebeca, no se habría apresurado a poner a su sierva en su lugar. Más oración y menos sabiduría mundana habría respondido mejor a su fin; porque ahora, en su oración ferviente, Dios se acuerda de ella y le da un hijo. Ella lo llama José, en señal de su confianza en el crecimiento de sus hijos. ¡Pobre de mí! ¡Qué poco sabemos de lo que nos conviene! Este nombre no se le había dado, si hubiera podido prever que su próximo hijo sería la causa de su muerte.

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