La maldad del hombre —grande, etc.— Dios vio que su maldad era grande, después del período de ciento veinte años que les había concedido para volver y arrepentirse; vio que no enmendaron, sino que llegaron al nivel más alto de depravación, tanto en los principios como en la práctica. La longevidad de los antediluvianos basta por sí sola para dar cuenta de ese enorme colmo de maldad a la que llegaron, según este texto y las tradiciones que tenemos de su excesiva lujuria, impiedad y violencia.

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