Pero este es un pueblo robado, etc. - Era razonable esperar que los judíos, bendecidos con tan grandes privilegios, hubieran sido muy honrados y respetados: pero, abusando de esos privilegios, su caso y situación ha sido en varios períodos lo que el profeta describe en este versículo y la parte subsiguiente del capítulo; quebrantado, saqueado, mimado, despreciado por otras naciones, sometido a la insolencia de los conquistadores, encerrado en cárceles, pisoteado, maltratado y castigado de tal manera que justamente suscite la mayor conmiseración.

Su historia, desde la crucifixión del Redentor, nos proporciona un detalle continuo de sus miserias y aflicciones; sin embargo, lo que es más asombroso, ¿quién de ellos escucha? ¿Quién escucha para el tiempo por venir? ¿Quién de ellos considera la causa de sus sufrimientos y se vuelve obediente a la ley de Cristo?

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