Puede ser, etc. Estas y otras expresiones semejantes indican suficientemente que el conocimiento previo de Dios de los acontecimientos futuros no impone una restricción irresistible a la voluntad del hombre, ni quita la libertad de las acciones humanas. Baruc fue el discípulo más fiel de nuestro profeta: lo sirvió mientras vivió en calidad de secretario y nunca lo abandonó hasta su muerte.

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