Puede ser que la casa de Judá escuche todo el mal que me propongo hacerles, para que cada uno se vuelva de su mal camino, siendo este el propósito misericordioso del Señor al predicar el arrepentimiento, para que yo perdone su iniquidad. y su pecado, por un regreso al Señor en verdadero dolor por los pecados cometidos, tal dolor habiendo sido causado por el poder de Su Palabra, lo encontrará más que listo para dispensar perdón.

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