Pusieron a los cananeos en tributo: en términos generales, nada podría haber impedido a los israelitas extirpar estas naciones, y, de hecho, nada podría haberlos excusado de hacerlo; pero, prefiriendo la paz presente a la obediencia que le debían a Dios, se contentaron ellos mismos al recibir un tributo de ellos, calmar su indolencia y no requerir ningún esfuerzo bélico de su parte.

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