Y toda la maldad de los hombres de Siquem, etc.Así lo castigó la Providencia por su perversa crueldad, después de castigar a los siquemitas por haberle servido como instrumento de su ambición. No se imagine que todo esto sucedió sin una dirección especial del cielo. El historiador sagrado se expresa a tal efecto. Él guarda silencio sobre lo que sucedió con Jotam, Gaal y Zebul; y, en verdad, es de poca importancia saberlo; pero no se puede repetir a los hombres con demasiada frecuencia que en el cielo hay un Dios, el vengador de la maldad; que aunque no siempre sin temeridad consideremos las aflicciones temporales como el castigo de la culpa sobre quien caen, sin embargo, debemos estar bien seguros de que todas las causas secundarias están en manos de la Providencia, y que el castigo ejemplar de Abimelec y los siquemitas debe hacer temblar a los que son como ellos.

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