Cuando entréis en la tierra de Canaán, etc.— Después de haber hablado de la lepra de las personas y de las vestiduras, el escritor sagrado procede a la de las casas, acerca de la cual ya hemos dicho algo en la primera nota del último capítulo: especialmente con respecto a la opinión que se deriva de las palabras, puse la plaga en una casa,&C. que este era un castigo infligido por la mano de Dios. "Aunque es más difícil explicar la infección de las casas", dice el Dr. Mead, "sin embargo, tras una seria consideración de las diferentes sustancias empleadas en la construcción de las paredes de las casas, como piedras, cal, tierra bituminosa, pelo de animales, y otras cosas semejantes mezcladas, me parece probable que puedan, por una especie de fermentación, producir esos trazos huecos, verdosos o rojizos, a la vista más bajos que la pared, o dentro de la superficie, ( Levítico 14:37 ) Que, como en cierta medida se asemejaban a la lepra en el cuerpo humano, se llamaron lepra en una casa;ya que los cuerpos de diferentes naturalezas se efervescen muy fácilmente al mezclarse: por lo que podemos suponer razonablemente que esta humedad o moho, que sale gradualmente y se extiende por las paredes, puede resultar muy perjudicial para los habitantes por su olor malsano, incluso sin recurrir a cualquier cualidad contagiosa en él.

Algo análogo a esto se observa con frecuencia en nuestras propias casas; donde, cuando las paredes están revestidas con mala argamasa, las sales calcarias y nitrosas sudan sobre su superficie, de un color casi tan blanco como la nieve. "Calmet resuelve este fenómeno extraordinario sobre los mismos principios que los antes mencionados; observando, que" en el mortero y las piedras de las casas infectadas se crió un tipo particular de alimañas. Esta era una de las señales de que una casa estaba infectada. Había otros además, que eran una especie de óxido o caspa, que se extendía por las paredes.

In all these cases, the priests were directed to shut the house up for a week: and it is probable, they made some kind of fumigation during that time, though no mention is made of it; else we cannot see how the bare shutting it up could contribute to the cure. If, upon the opening it again, they found the marks gone, they pronounced it clean; if not, they caused them to be scraped off every where, and the house to be shut up another seven days: but if that did not work the cure, they ordered it to be demolished, and such materials of it only to be preserved as were free from the infection, in order to build it up in some other place." See Calmet's Dissert. and the Univ. Hist. vol. 3: The Jewish writers, however, judge very differently of this matter, and consider this plague as a supernatural punishment for calumny and detraction in particular; an opinion, which seems to have arisen from the case of Miriam: and they tell us, that it first infected the walls of the house, and, the offender repenting, went no further; but, if he persisted, it proceeded to his household stuff; and, if he still went on, invaded his garments, and at last his body.

Esta opinión puede, quizás, obtener alguna confirmación de las observaciones de un médico del sur de Francia, de que la lepra, aunque hereditaria, nunca pasa de la tercera o, como mucho, de la cuarta generación; una observación, dice Michaelis, que utilizo para explicar el quinto versículo del capítulo 20 del Éxodo.

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