Entonces os haré llover a su debido tiempo. Es manifiesto para todo lector que las bendiciones y maldiciones denunciadas aquí, y en el capítulo 28 de Deuteronomio, como sanciones de la ley, son meramente temporales y se refieren enteramente a las cosas de este mundo en su sentido primario. Como se expresan más completamente en el capítulo 28 de Deuteronomio, remitimos a nuestros lectores al comentario de ese capítulo.

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