La tentación y el ayuno de Cristo: vence al diablo: comienza a predicar. El pueblo de Nazaret admira sus palabras llenas de gracia: cura a un endemoniado, a la suegra de Pedro, y a varios otros enfermos. Los demonios reconocen a Cristo, y por ello son reprendidos: él predica en las ciudades.

Anno Domini 29.

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