El Señor es bueno, etc.— El Señor es bueno con el que confía en él en el día de la angustia; se preocupa por los que confían en él. Esto lo dijo muy acertadamente el profeta, profetizando contra Nínive, después del derrocamiento del ejército de Senaquerib y las misericordias concedidas a Ezequías, quien había puesto su confianza en el Señor.

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