El Señor envió serpientes ardientes entre la gente: Bochart considera que estas serpientes eran de esa clase que se llama Hydrus o Chersydrus, cuya mordedura seca la piel y ocasiona un calor violento; de donde el hebreo los llama ardientes: su veneno es más inflamatorio en los meses calurosos, como este, siendo el mes de agosto. El mismo autor muestra que algunas especies de ellas eran serpientes voladoras, de las que habla Isaías, cap. Números 14:29 y Números 30:6y se dice que Arabia en particular está infestada. En consecuencia, Herodoto nos dice que había visto estas serpientes aladas o voladoras en Egipto, y que hay un número tan prodigioso de ellas en Arabia, que, si fueran a aumentar de acuerdo con el curso habitual de la naturaleza, los hombres no podrían existir para ellos. ; ver Herodoto, lib. 2: gorra. 75, etc.

Bochart Hieroz. par. 2: lib. 3: gorra. 13 y Calmet sobre serpientes. Estas serpientes podrían haber sido llamadas serafines שׂרפים , ardiendo; ya sea por el calor y el dolor ardiente ocasionado por su mordedura, o, como es más probable, por su color vivo y ardiente: en consecuencia, Estrabón, Geog. lib. 16: se ha dado cuenta de una especie de serpientes producidas cerca de los lugares por donde viajaron los israelitas, que podrían llamarse ardientes por su color οφεις φοινικοι την χροαν; y tanto él como Diodoro opinaban que la mordedura de éstos era incurable.

Ver comentario sobre Números 21:9

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad