No maldecirás al pueblo— Aunque el hecho de que Balaam maldiga a los israelitas no significó nada en sí mismo, Dios no lo permitió, porque los moabitas habrían prestado tanta atención a lo que él había prometido, que luego habrían atacado a los israelitas con esperanzas. de poder superarlos y conducirlos. fuera, Números 22:11 . Y así se habría desencadenado una guerra entre los israelitas y los moabitas, que Dios no planeó en ese momento que permitiera; véase Connexion de Shuckford, vol. 3: b. 12.

REFLEXIONES.— Asustado por el avance de las armas de Israel, y temeroso de que el próximo golpe caiga sobre ellos, el rey de Moab, con los ancianos de Madián, se las arregla para salvarse. No necesitan temer el peligro: su relación, como descendientes de Lot, los aseguró; y probablemente Moisés les había informado que estaban a salvo. Pero los impíos tienen miedo donde no hay miedo; y aquellos que son conscientes de sus propias malas intenciones, están siempre dispuestos a sospechar el mal de los demás. 1. El método que siguió. Incapaz, como él mismo pensaba, de hacer frente a los ejércitos de Israel, recurre a Balaam para maldecir al pueblo, con la esperanza de poder prevalecer bajo sus imprecaciones, aunque no puede hacerlo solo con su espada. Nota;(1.) Las oraciones o maldiciones de los malvados son igualmente impotentes para obrar el bien o el mal. (2.) Los que piensan en comprar el cielo con sus limosnas, actúan tan neciamente como lo hizo Balac, que quería con sus dones procurar la bendición de Balaam. 2. La negativa dada a los embajadores de Moab.

Balaam los detuvo esa noche, para que, como él dice, consultara a Dios; y Dios, por amor de su pueblo, se complace en honrarlo con su aparición en un sueño o visión nocturna, le prohíbe el viaje y le asegura la bendición que estaba sobre Israel. Por la mañana informa esta respuesta a los mensajeros, pero oculta la parte más material, la bendición que Dios había pronunciado sobre Israel; y ellos, para halagar a su amo, dan su informe, como si la negativa de venir no fuera por la prohibición de Dios, sino por Balaam, y para que él pudiera ser conquistado por mayor invitación y por presentes. Observar,(1.) Dios puede, por sabias razones, emplear a hombres malvados. Sin duda, muchos, como Balaam, perecerán, aunque tan bien como él pueden haber hecho muchas obras maravillosas. (2.) Cuando amamos el pecado, y solo nos refrena el miedo, no somos más que seguidores de Balaam. (3.) Ocultar parte de la verdad suele ser tan peligroso como una mentira directa.

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