El que oprime al pobre, etc.— El que despoja al pobre para abundar en riquezas, él mismo lo dará a los ricos y desamparados. Houbigant. A partir de este versículo, apenas hay intérprete, pero ha observado que otra forma de hablar, muy diferente a la anterior, comienza y continúa hasta el capítulo 25. Desde el comienzo del capítulo décimo hasta este lugar, las instrucciones de la sabiduría se entregan en frases cortas y proverbios propiamente dichos, que rara vez tienen conexión. Pero ahora sigue las exhortaciones y preceptos en el modo imperativo, y los comprendidos en dos, tres o más versos. Vea al obispo Patrick y Calmet.

REFLEXIONES.— El escritor inspirado aquí cambia de estilo; y, como al principio, se dirige a su hijo a modo de exhortación; y lo que le dice, se lo dice a todos. Se necesita una atención diligente y una aplicación de corazón si queremos llegar al conocimiento de la verdad y comprender las palabras de los sabios; esos escritores inspirados a quienes Dios ha empleado para comunicarnos su mente y voluntad. Y para ello, se sugieren varios argumentos para involucrar nuestras mentes en la búsqueda.

1. Es una cosa placentera, si las guardas dentro de ti; porque sólo la religión del corazón, no la formalidad, puede llevarnos a saborear las comodidades de la verdadera piedad; y los más fieles serán los más felices, y encontrarán ese gozo con el que un extraño no se entromete.

2. Será muy conveniente. Con todo se ajustarán a tus labios, o serán ordenados por tus labios; hablado para ministrar gracia a los oyentes y ganar su consideración y reverencia.

3. De este modo, nuestro corazón se establecerá en la fe y la confianza en Dios; siendo este el efecto bendito de su palabra, y el gran fin para el cual fue escrita y predicada; y cuando seamos capaces de confiar, veremos la gran salvación de Dios.
4. El asunto es claro, el tema infinitamente importante y sumamente excelente, diseñado para promover nuestra eterna bienaventuranza, escrito para transmitir instrucción perpetua, y particularmente dirigido a nosotros por nuestro nombre: a ti, lector, incluso a ti; por tanto , hoy, mientras es llamado hoy, que la palabra de la gracia del evangelio, que resuene en tus oídos, penetre en tu corazón, como una palabra implantada, capaz de salvar tu alma.

5. Las verdades son ciertas, no fábulas ingeniosamente inventadas, sino entregadas por la inspiración de Dios; y mediante la lectura de ellos, con ferviente oración, llegaremos a la plena certeza de entendimiento; tendrá una evidencia de la certeza de los objetos de nuestra fe, fuerte como la de nuestro ser; para que no quede ninguna duda.

6. Nos capacitarán para dar respuesta a todo aquel que nos pida razón de la esperanza que hay en nosotros, y del buen tesoro de nuestro corazón para comunicarles las lecciones que Dios nos ha enseñado.

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