Porque la vara— Es decir, el poder de los impíos no descansará sobre la suerte o la porción; es decir, el país de los justos; que los justos, etc. El significado parece ser que si sus enemigos hubieran logrado su propósito en Jerusalén y continuaran en posesión de ella, habría habido una extinción total de la religión judía; todos habrían sido confundidos en una escena de iniquidad: los justos habrían sido forzados o tentados a hacer lo que hicieron los demás.

REFLEXIONES.— Los que tienen un Dios todopoderoso al que volar, no tienen nada que temer; y sus grandes y preciosas promesas son un apoyo seguro para toda alma fiel.

1. Su carácter. Son su pueblo, justificados por la sangre del pacto, convertidos por su Espíritu y separados para su servicio. Confían en el Señor, en sus méritos y en su fuerza, para el perdón, la aceptación, el apoyo y el consuelo, en cada prueba y dificultad. Son justos por su gracia, sus corazones y caminos son renovados. Bienaventurados los pueblos que se encuentran en tal caso, porque para ellos todas las promesas de Dios son sí y amén en Cristo Jesús.

2. Ora para que Dios cumpla lo que promete. Haz bien, oh Señor, a los buenos ya los rectos de corazón; tales son por su gracia, y él confía en que continuarán, el Dios de toda gracia continúa garantizándoles un suministro rico y continuo de sus bendiciones espirituales en Cristo Jesús.

3. Él prevé y predice el fin de los impíos. En cuanto a los que se desvían por sus caminos torcidos, ya sea los pecadores, que se precipitan por las sendas del error y la inmoralidad, o los falsos profesantes, que en el tiempo de la prueba apostatan y vuelan a los expedientes pecaminosos para librarse de sus sufrimientos, el El Señor los sacará con los obradores de iniquidad, al lugar de ejecución terrible, y los arrojará al abismo eterno, donde el gusano no muere ni el fuego se apaga; pero la paz sea sobre Israel;es una oración para que así sea, o una promesa de que así será. El fin de los justos es tan bendito como el fin de los impíos es miserable; la paz, presente y eterna, es su porción feliz; y cuando ascienda el humo de su tormento, que no descansan ni de noche ni de día, los santos en gloria se regocijarán y cantarán.

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