El Altísimo mismo la establecerá. Eso es lo que David se prometió a sí mismo; que como había edificado la ciudad bajo la dirección de Dios, y había fijado para el arca una habitación adecuada en ella; para que Dios la estableciera ahora, protegiéndola de sus enemigos y proveyendo para su futura prosperidad: y creo que de aquí se desprende que este y el versículo anterior son las propias palabras del salmista, y no las palabras de Dios acerca de Jerusalén, como Grotius, Le Clerc y otros, los hacen. Velero.

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