Que se regocije el hermano de bajo grado, etc.— "En nada es más propensa a equivocarse la generalidad de los hombres que en estimar el valor de las circunstancias externas; sino que los principios del cristianismo os enseñen, hermanos míos, a corregir ese error; y a este respecto, que el hermano de bajo grado, de una condición pobre y oscura, se regocije en su exaltación; que piense en su dignidad como cristiano, y consienta completamente en su esfera inferior de la vida; porque sus circunstancias realmente dan él tiene tantas ventajas para la religión, colocándolo bajo un refugio de muchas tentaciones, que tiene una probabilidad mucho más justa que otros, de ascender a alguna eminencia en el mundo celestial.

Por otro lado, si un verdadero cristiano se encuentra en la prosperidad mundana, sabrá muy bien cuán transitorio es ese estado; y, lejos de confiar en él, contemplará la certeza de su inminente humillación en la muerte, y todas las mortificantes circunstancias que la acompañan. Aceptándolos, con total resignación a la voluntad divina, se glorifica en la esperanza de que algún día completará su sacrificio.

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