Dijo: Es el hombre de Dios. - El viejo profeta no sabía cómo se cumpliría su predicción, pero reconoció de inmediato su cumplimiento sobrenatural. Hay en sus palabras una reticencia característica en cuanto a su propia participación en la obra, tanto con respecto al engaño como a la predicción del juicio, tal vez indicando algo de la extraña mezcla de remordimiento y política sin escrúpulos que surge en su acción posterior.

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