A la colina. - “A la colina”: traducido con mayor precisión, a Guibeá. Este era el hogar de Saulo; la propiedad de la casa de Cis se encontraba evidentemente en las inmediaciones de Guibeá, que en adelante se conocerá como la ciudad real de Saúl, "Guibeá de Saúl". “Mientras caminaba, el Espíritu de Dios descendió sobre él”, leemos. La venida del Espíritu de Dios sobre él puede verse como la secuela de ese don divino del corazón nuevo que se le otorgó temprano en la mañana, cuando dejó Ramá. El corazón cambiado era un hogar apropiado para ese Espíritu Divino que se apoderó de él al atardecer, mientras se acercaba a su ciudad ancestral.

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