Entonces Jonatán se levantó. - "Con feroz ira", dice el registro demasiado verdadero. El hijo de Saúl dejó la presencia y no apareció más en esa fiesta fatal. La cólera ardiente fue avivada, en primer lugar, sin duda, por el terrible insulto que le ofreció, príncipe y heredero del trono, ante los grandes reunidos de Israel. La gran lanza levantada para golpear, siguiendo las duras y amargas palabras pronunciadas, fue un acto que probablemente los espectadores no olvidarán pronto.

Y en segundo lugar, por la enemistad decidida e implacable de Saúl contra David, de cuya integridad inmaculada y perfecta lealtad Jonatán estaba firmemente convencido. Sin duda, el amargo daño que le hicieron a su amigo David afectó más a Jonatán.

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