Cayó ante David. - Este acto de reverencia, y, de hecho, todo el tono de la sabia esposa de Nabal en su discurso a David, parece presagiar su conciencia de que se estaba dirigiendo al ungido de Jehová, el futuro rey, en una fecha no lejana, de Israel. Sus peores temores los encontró hechos realidad cuando conoció a David, probablemente a poca distancia de la residencia principal de Nabal, acompañada de una fuerza armada tan grande, evidentemente empeñada en algún acto de violencia.

Ella desaprobó su ira al representar a su esposo no solo como un mal hombre, sino como uno apenas responsable de sus acciones. Si hubiera sabido de la misión de los seguidores de David a Nabal, insinúa, muy diferente había sido su recepción; al menos, no habrían regresado a David con las manos vacías.

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