Me esparciré a todos los vientos. - El pueblo de Judá no fue llevado cautivo solo a Babilonia, sino que muchos de ellos fueron esparcidos dondequiera que pudieran encontrar refugio; y, finalmente, el remanente dejado en la tierra por Nabucodonosor, después del asesinato de su gobernador Gedalías, escapó a Egipto (Jeremías 41-43).

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