Que este es un pueblo rebelde. - Las palabras que siguen fueron las que así quedaron escritas en la tablilla. El pueblo mismo no conocía la ley del Señor, la ley eterna de la justicia. Querían que los videntes, como Isaías, fueran tan ciegos como ellos, y de buena gana hubieran hecho que los profetas afinaran su voz según el tiempo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad