9. Porque este es un pueblo rebelde. La palabra para o porque apunta a la explicación de lo que ya se ha dicho; porque el Profeta explica lo que el Señor tiene la intención de declarar a la posteridad, a saber, que la perversidad de esta nación es desesperada, porque no pueden someterse a ser restringidos por ninguna doctrina. Que la denominación honorable de la "gente" hirió a los corazones tanto de los rangos ordinarios como de los nobles, puede inferirse de su fuerte alarde; porque se jactaban de ser la simiente santa y elegida de Abraham; como si la adopción de Dios hubiera sido un velo para cubrir los crímenes más graves. Pero Dios ordena que, sin embargo, sus crímenes salgan a la luz y se proclamen abiertamente.

Quienes se niegan a escuchar la ley de Jehová. Al acusarlos de esto, señala la fuente de todos los males, a saber, el desprecio de la palabra, que descubre su maldad y su desprecio de Dios mismo; porque es ocioso pretender que adoran a Dios, cuando son desobedientes a su palabra. Asimismo, Isaías agrava su culpa al decir que rechazan el remedio que la doctrina ofrece para curar sus enfermedades. Por esta razón, los llama no solo "rebeldes" e indomables o abandonados, sino mentirosos o personas traicioneras; porque los que se niegan a obedecer la palabra de Dios, se rebelan abiertamente de él, como si no pudieran soportar su autoridad; y al mismo tiempo, muestran que están entregados a la vanidad y a las ilusiones de Satanás, de modo que no se complacen en la sinceridad.

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