En verdad, Señor ... - Se admiten los hechos de la inducción del Rabsaces, pero se niega la inferencia, sobre la base de que los casos no eran paralelos. Los dioses de las naciones habían sido arrojados al fuego (una alternativa a que fueran tomados como trofeos para los templos de Asur e Ishtar), pero esto nunca podría sucederle a Jehová, de quien no había imagen esculpida, y Él mostraría que Él solo era el gobernante de la tierra y de los cielos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad