Y el Señor habló a Moisés. - En la parte anterior de este capítulo se prohibió a los sacerdotes desfigurarse voluntariamente o descalificarse a sí mismos y a sus descendientes para su oficio sagrado mediante alianzas ilegales. El legislador, por tanto, pasa ahora a otras imperfecciones que, aunque no contraídas voluntariamente, descalifican igualmente a los sacerdotes para el desempeño de los deberes sacerdotales en el santuario.

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