Cayó y lo adoró. - La palabra implica simplemente el homenaje postrado de un sirviente agachado ante su amo.

Te lo pagaré todo. - La promesa fue, en tales circunstancias, una vana jactancia, pero describe con singular idoneidad el primer impulso natural de alguien que se despierta a un sentido de la extrema pecaminosidad del pecado. Intentará equilibrar la cuenta mediante una serie de cuotas; Anotará actos justos en el futuro como compensación contra las transgresiones del pasado. En lenguaje teológico, busca ser "justificado por las obras".

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