Oye, Dios nuestro. - El hábito de Nehemías es convertir todo en devoción a medida que avanza. Esta oración está llena de celos airados por el honor de un Dios celoso.

Te han provocado. - El tono de su santa venganza impregna el Antiguo Testamento, y no se ha desvanecido del todo en el Nuevo.

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